Hoy se conmemora este día en homenaje a la muerte (sólo física porque permanecerá eternamente en nuestra mente y corazón) de Helena Petrona Blavatsky el 8 de Mayo de 1891.
Un ser muy especial que le regaló al mundo, gracias a su trabajo incesante y entrega desinteresada, la posibilidad de conocer La Doctrina Secreta, su obra maestra. Donde muestra verdades profundas sobre el hombre y la naturaleza, las leyes de la vida y del universo. Enseña a percibir las verdades universales a través de la comparación de la Cosmogénesis de los antiguos y devela el simbolismo para que el hombre conozca su Verdad.
Pasó muchas penurias, fue maltratada por extraños y también por sus propios discípulos pero nada impidió que concluyera su obra, ni siquiera sus graves problemas de salud. Y esto nos muestra claramente que cuando un Ser encuentra Su misión en la vida, nada ni nadie puede detenerlo. El mandato del alma, del ser interno, del deber o como quieran llamarlo es poderoso sólo en aquellas personas que trabajan por el bien de la humanidad. Blavatsky fue una de ellas.
H.P.B. es un ejemplo para cada uno de nosotros, porque pudiendo tenerlo todo y vivir con placidez por el resto de sus días, elogió entregar su vida para «despertar» a la humanidad dormida, a esa humanidad aún niña sumergida en la vanagloria de su yo.
Lean y mediten en sus sabias palabras. Yo elegí este fragmento para compartir con ustedes:
«»Esta tierra… no es sino el sombrío vestíbulo por el cual uno se encamina al crepúsculo que precede al valle de la luz verdadera; luz que ningún viento puede extinguir; luz que arde sin pabilo ni combustible». La voz del Silencio.
Por eso hoy se conmemora el Día del Loto Blanco, flor que brota de aguas pantanosas y se eleva manteniéndose pura y limpia. Al igual el hombre en su paso por esta tierra, que sin importar cuál sea su origen o las debilidades que lo atormenten, es un Ser Divino cuya misión es aprender a develarse. Así podrá reencontrarse con sí mismo para luego poder reconocer esa misma divinidad en sus semejantes.
Blavatski también nos enseñó:
«Haz que tu alma preste oído a todo grito de dolor, de igual modo que descubre su corazón el loto para absorber los rayos del sol matutino. No permitas que el sol naciente seque una sola lágrima de dolor antes que tú la hayas enjugado en el ojo del que sufre. Pero deja que las ardientes lágrima humanas caigan una a una en tu corazón, y que en él permanezcan sin enjugarlas, hasta que se haya desvanecido el dolor que las causara. Estas lágrimas, oh tú de corazón compasivo, son los arroyos que riegan los campos de caridad inmortal».
Excelente!!! gracias! Nada hay superior a la Verdad.-
Asi es Ana!!