Oración simple

En este día tan especial para mí y creo que para todos los hombres de Buena Voluntad que anhelamos que la Paz, el Amor, la Misericordia y el Servicio formen parte de nuestro diario vivir, he querido dejar en mi blog una oración simple y universal.

Las palabras que la componen nos enseñan, con total sencillez, el camino a seguir si queremos despertar nuestro corazón y hacer que lata al unísono con el de nuestros hermanos.    El Papa Francisco lleva a la acción cada una de esas palabras todos los días junto a quienes lo rodean, no dicho por él sino por tantos seres que tuvieron y tienen la gracia de cruzarse en su camino.   Hoy en una clase de Plenitud la leímos pensando en él  y enviándole Luz.

Acá me ven junto a unas amigas en la Catedral donde se realiza la vigilia por la asunción del nuevo pontífice, aprovechamos para llevar alimentos pedidos por Red Solidaria.   Cuando ya estábamos saliendo de la plaza para volver a casa un hombre se acercó ofreciéndome estampitas que tenían la imagen de San Francisco de Asis, del Papa y detrás estaba «la oración», por eso decidí escribir sobre ella, para que todo aquel que lo desee, la lea, la ponga en práctica y aporte su pequeña chispa de Luz a un mundo tan necesitado de recibirla.

 

Oración por la Paz

Señor, haz de mí un instrumento de tu paz:

Donde haya odio, yo ponga amor;

Donde haya ofensa,  yo ponga perdón;

Donde haya discordia, yo ponga  unión;

Donde haya error, yo ponga  verdad;

Donde haya duda, yo ponga fe;

Donde haya desesperación, yo ponga esperanza;

Donde haya tinieblas, yo ponga tu luz;

Donde haya tristeza, yo ponga alegría.

Oh, Maestro, que yo no busque tanto

Ser consolado como consolar;

Ser comprendido como comprender;

Ser amado como amar.

Porque es dando como uno recibe,

Es olvidándose como uno encuentra,

Es perdonando como uno es perdonado,

Es muriendo como uno nace a la Vida eterna