En tiempos del mundial parece que todos nos sintonizamos y al hablar utilizamos términos que tienen que ver con ese evento. Nos guste o no, el fútbol tiene esa capacidad de unir a los seres identificados con una misma camiseta o, en mayor escala, por la bandera de un país. Así es como se generan pensamientos o frases que sintetizan ideas que todos entendemos y compartimos. Una de esas máximas es «dejar todo en la cancha».
Durante el tiempo del partido, un grupo de hombres busca, a través de tácticas ya practicadas o de improvisaciones basadas en sus habilidades o en su empeño, llevarse el premio mayor.
Cada uno ocupa un lugar, posee su individualidad en el juego pero, para llegar al éxito, es fundamental trabajar en «equipo», estar todos unidos.
En la cancha como en la vida, quien no se juega, quien no busca alternativas, quien no supera sus frustraciones y sigue adelante a pesar de ellas, quien no elige entregar a un compañero la pelota cuando no la puede sostener más, pierde y perjudica al resto.
Por otro lado, como expresó con genialidad Albert Einstein:
Simple y claro. Porque a veces creemos estar haciendo todo lo necesario para que las cosas nos salgan bien pero en realidad sólo repetimos lo conocido. Siempre el mismo camino, la misma respuesta, los mismos justificativos, todo igual no sea cosa que algo cambie…
Otras nos enojamos porque esperamos que otro haga el mayor esfuerzo, como si hiciéramos responsable a Messi o a Neymar de todo lo que pasó en los encuentros.
Estas equivocaciones generan mucho sufrimiento al conjunto.
¿Qué es en resumen «dejar todo en la cancha»?
Es complementarnos entregando lo mejor que cada uno puede dar en ese momento, sabiendo que va a haber tiempos donde tendremos que exigirnos más porque el otro está en menos física o emocionalmente y en otros el resto hará por nosotros.
Es tener un ideal común que trascienda nuestros deseos personales por el cual jugarnos. Si puede ser trascendente mucho mejor!
Es terminar el partido o llegar al tiempo final de nuestras vidas sabiendo que no podríamos haber hecho más, que lo dimos todo y que salió de nuestro corazón.
Como nos dijo el Papa Francisco a todos los que tenemos un alma jovial y activa:
Les aseguro que ninguno de nosotros vinimos para cosas pequeñas, estamos para las grandes: cubrir de Luz, Amor y Paz cada rincón por el que transitemos. Trabajar en equipo porque todos somos piezas fundamentales del gran concierto cósmico. Y vivir plenamente para que el paso por esta tierra sea amorosamente inolvidable!!!!