Todos nosotros nacemos con un propósito en la vida y descubrirlo es parte de la magia de vivir.
Es una mezcla de anhelos, valores, de capacidades y una dosis de realidad. Ese propósito puede hacer que nos realicemos lejos del lugar donde crecimos, pero en la mayoría de los casos es ahí mismo, donde nuestras almas decidieron nacer.
Lo que puedo decirles por experiencia es que cuando uno lo va vislumbrando la vida comienza a tener un sentido y cuando se alcanza, la alegría se instala como dueña de nuestra existencia.
Personalmente ese propósito lo hallé por dos senderos que en verdad son uno: enseñándo a los hombres a buscar y seguir el sendero de la virtud y aportando mi granito de arena de amor y servicio a los niños de la escuela rural. Ambas cosas, junto a mi familia, mis amigos y el conocimiento me sostienen y enriquecen cada día.
Antes de eso… tiempos de dolor, que igual agradezco haber tenido porque fueron los que me llevaron a hacer preguntas y encontrar tantas respuestas que guiaron mi camino.
Por eso cuando escuche la historia de este grupo de jóvenes que se unieron para crear «Haciendo camino» (mira el vídeo de su presentación que es altamente inspirador) y mejorar la calidad de vida de muchas familias de Santiago del Estero, supe que ellos eran felices porque habían encontrado su propósito.
Y descubrí que esos seres, al igual que yo, lo que buscan es entregar las herramientas necesarias para que sean las mismas personas las que mejoren su vida con su propio esfuerzo. Porque esa es la clave.
No es dar activamente para que otro reciba en forma pasiva, porque eso genera seres dependientes, esclavos de esa dádiva y en otros casos, demandantes y faltos de escrúpulos que se creen con el derecho de exigir que se les dé sin haber hecho nada por obtenerlo.
En Haciendo camino les enseñan a las mamas a cuidar de sus hijos, alimentarlos bien y a tener un oficio que les permita sustentarse y sentirse útiles y partícipes de la sociedad.
Yo creo que todo hombre, toda mujer debe aprender a:
- Obtener lo que necesita, desea o anhela.
- Valorar el trabajo y con él la posibilidad de dignificarse.
- Ser admirado por sus hijos y el día de mañana, imitado, porque todos sabemos que se contagia con el ejemplo no con palabras.
- Salir de la ignorancia propia de la marginación y poder incluirse como artífices de su propio destino.
Lograr esto en una sola familia es encender un Punto de Luz dentro de tanta oscuridad, porque no hay nada superior a devolverle a alguien su Dignidad, su Valor, su Derecho a Ser libre y elegir qué hacer con su vida.
¿Cuál es tu propósito? Solo vos podes internamente saberlo. Quizás ya lo estas realizando y aún no te has dado cuenta.