Mi prima Fabiana me envio este material y por ello le estoy muy agradecida. Hay sonidos que rapidamente nos conectan con lo esencial y este es uno de ellos. Por eso quise compartirlo con ustedes, a los que tengo algo abandonados, pero siempre guardo en mi corazón.
Generalmente los hombres necesitamos experimentar el dolor, el sufrimiento, el desaliento para luego entender más a los otros cuando pasan por esas mismas circunstancias. Llegara el día en que crezcamos y sin necesidad de vivirlo, comprendamos lo que sufren quienes nos rodean.
En esos momentos dejaremos de ser el ombligo del mundo, de medir todo lo que sucede con nuestros propios parámetros, de oír solo a nuestro pequeño ego, para dar espacio a otros sonidos, pensamientos y emociones que pueden engrandecer y dignificar nuestra existencia.
Este vídeo cuanta sobre el aprendizaje de un hombre que estuvo a punto de perder la vida y la gran enseñanza que le dejo pensar que en segundo todo iba a terminar. Sigue leyendo