Pienso que la mejor manera de comenzar el año 2014 es recordando pensamientos que a lo largo de mi vida me ayudaron a reflexionar y a disciplinar mi caprichosa personalidad.
Entre los libros que más he leído y sigo leyendo está «A los pies del maestro» de Krishnamurti, que con su profunda simpleza logro moldear muchos de mis preconceptos y esquemas.
En el mes de noviembre mientras meditaba sobre el amor, tuve la necesidad de abrir nuevamente el libro y allí encontré estas maravillosas palabras:
«El amor es la cualidad más importante, porque cuando es bastante fuerte en un hombre, lo estimula a revertirse de todas las demás, que sin ella nunca serían suficientes. Suele definirse el amor como un intenso deseo de unión con Dios y de liberación de la rueda de nacimientos y muertes. Pero este concepto del amor suena a egoísta e implica sólo una parte de su significado. El amor es más que deseo; es voluntad, resolución, determinación. Para producir este resultado, la resolución debe llenar vuestra naturaleza entera, hasta el punto de no dejar lugar para ningún otro sentimiento. Es, sin duda, la voluntad de ser uno con Dios, no para escapar del sufrimiento y de la fatiga, sino a fin de que, en razón de vuestro amor profundo hacia Él, podáis obrar con Él y como Él obra…Pues siendo Dios Amor, si queréis llegar a ser uno con Él, debéis también estar poseídos de amor y perfecto altruismo.
En la vida diaria, esto significa dos cosas: primera, que procuréis cuidadosamente no causar daño a ningún ser viviente; segunda, que siempre esteis alerta por si se presenta la oportunidad de ayudar«
Cada una de estas palabras encierran mucha sabiduría y largos momentos de reflexión. Personalmente creo que en la última frase esta la clave de la felicidad eterna. Ayudar, se útil, no donde nosotros consideremos sino donde la vida nos presente la oportunidad para hacerlo.
No nos distraigamos más, dejemos de mirar siempre para otro lado y demos rienda suelta a esa acción correcta, porque estas posibilidades kármicas sólo se producen para que descubramos el verdadero sentido de nuestra existencia.