Mi anhelo es que cada hombre que habita esta tierra pueda atesorar en lo más profundo de su corazón la esperanza y que más allá de las circunstancias que deba atravesar nunca pierda esa cuota de fe, de visión de cambio, de mejoramiento que hace que la vida tenga un sentido.
Sé que en el mundo suceden cosas graves que nos desgarran, especialmente a aquellos que sufrimos no sólo por nuestras vicisitudes sino también por la de nuestros semejantes, y es justamente por eso que sentí la necesidad de hablar de este tema que surgió en una clase de meditación en Plenitud.
Nosotros estamos imposibilitados de cambiar el curso de las cosas en su totalidad pero sí está en nuestras manos contribuir para que esto no se propague Sigue leyendo