Cuanto nos cuenta encaminar los pensamientos. Estos nos asaltan por sorpresa todo el tiempo y nos impiden tener una serenidad, aunque sea transitoria, que tan bien nos vendría.
Para quien se ha acostumbrado a analizarse, todo lo que ocurre en su vida termina pasando por ese tamiz. Y para quien jamás lo ha hecho no podemos decir que posea paz sino que está en una estado de inercia muy peligroso.
El tema es encontrar el punto justo donde pensar no sea algo extraño ni nos torture todo el día.
Pero a lo que quiero llegar es a generar un estado de conciencia que lleve a vigilar los pensamientos para que no nos hagan cometer errores que lamentaremos. Sigue leyendo