La mente, al igual que una lámpara reflectora, puede ser orientada hacia diferentes espacios. Cuando la enfocamos hacia abajo atiende a nuestro cuerpo físico, necesidades y emociones, al girarla hacia arriba da vida a un maravilloso mundo de creatividad, emociones elevadas y discernimiento.
¿Quiere decir que cada uno de nosotros puede elegir hacia dónde dirigir su mente? Por supuesto que sí, todo en nuestra vida parte de un proceso de elección, consciente o inconsciente. Cuando hablo de enfocar arriba o abajo no lo hago dándole una connotación de bueno o malo, ya es hora de dejar esos términos atrás y, como dice la Teosofía, comenzar a hablar de correcto o incorrecto, real o ilusorio, verdad o ignorancia. Sigue leyendo