Sabemos que El Maestro Jesús luego de ser crucificado resucitó de entre los muertos a la Vida Eterna, pensar en esto nos da la oportunidad de reflexionar sobre temas muy importantes como son la vida y la muerte, temas que todos los seres humanos deberíamos plantearnos.
Él nos enseñó el valor de la Vida y cómo ésta si bien termina en el aspecto físico sigue más allá cuando enarbolamos y llevamos a la práctica los valores más profundos y humanos.
No morimos en el momento en que emitimos nuestro último aliento sino cuando, aún vivos, dejamos que nuestro aspecto espiritual sea aniquilado por la materialidad y la búsqueda de la eterna juventud.
Por «sentirse vivos» muchos seres se llevan por delante todo y a todos; implorando de una u otra forma que el tiempo no avance; permitiendo que sus ansiedades los hagan siempre estar un paso adelante mientras sus miedos los ubican dos pasos detrás… de la «nada».
Y en este derrotero tan vertiginoso avanzan sin ir a ningún lado y al final mueren sin siquiera haber entendido lo que significó la oportunidad de vivir.
¿Cómo saber si estamos vivos o muertos? Sigue leyendo