Si, ya sé que esto es imposible, pero que lindo sería si todos pudiéramos vivir un eterno renacer, un despertar con esa frescura que renueva. Porque aunque truene o haga frió la primavera llegó para quedarse y su esplendor, aunque demorado, está cerca.
Sé que todo es cíclico pero eso no implica que nosotros no podamos elegir internamente perpetuar aquello que nos hace bien. Esa es una decisión que requiere de una gran inteligencia emocional.
Para alcanzarla debemos hacer uso de la Voluntad que, como un timón del alma, va dejando de lado los constantes deseos insatisfechos, los rencores que entorpecen nuestro paso y los duelos por cosas que deberíamos agradecer que no se hayan dado.
Aprender a pensar, a reflexionar ayuda a manejar el mundo emocional desbordado, podríamos decir que ésta es la gran tarea que debe realizar la humanidad. Cada uno a su tiempo y con absoluta libertad.
¿Qué te hace bien? Sigue leyendo