Es una gran decisión, especialmente cuando podemos beneficiar con nuestra acción a otros.
Lamentablemente muchos se han acostumbrado a escuchar en sus familias el famoso «no te metas», lo cual tiene un lado correcto y es el que impide inmiscuirse en asuntos ajenos, pero que generalmente es más bien un signo claro de egoísmo no reconocido.
Involucrarnos es caminar por la vida registrando a los que en forma momentánea o permanente están a nuestro lado, dándoles una identidad, reconociendo su valor pues de cada unión todos salimos modificados.
Debemos involucrarnos en primera instancia con nuestra propia vida, a cada minuto del día y con las cosas más pequeñas que nos pasan. Pues generalmente no registramos lo que va sucediendo porque nuestra mente está inmersa en alguna preocupación, anticipándose y sufriendo por lo que quizás nunca llegará a ocurrir.
Implica tomar decisiones con el sumo cuidado de que éstas sean lo suficientemente flexibles como para reverlas si es necesario hacerlo.
Es compartir, estar atentos, alentar, pedir ayuda, auxiliar.
Es vivir intensa pero reflexivamente, no dejando que las cosas nos pasen por al lado como si estuviéramos incapacitados para verlas o hacer algo con ellas.
Involucrarnos es:
- No esperar a sufrir para comprender lo que otro sufre.
- No esperar a perder para entender lo que se siente.
- No necesitar llorar para concienciar la inmensa tristeza que encierran muchas miradas.
- Ni a estar solo para valorar la compañía.
¡Involúcrate!
Que tu Causa se oriente al Bien Común y la Alegría visitará tu Vida.
Hermoso!!!!!