Grietas en el camino


20120126193514-grieta-sueloCuando los seres a través de sus acciones van generando grietas que los separan de sí mismos o de otros, parecidas a las que deja un sismo en el lugar donde se produce, irremediablemente la destrucción y la tristeza vienen detrás.

Las grietas separan, rompen, destruyen… siempre.  Nos obligan a ponernos de un lado o de otro, sin la posibilidad de ese espacio compartido.

Parecen inesperadas pero no lo son, si observamos nuestro comportamiento aprenderemos a ver las señales previas a que se produzcan.  Ni en la naturaleza ni en la vida del hombre las cosas se dan porque sí, ni de un minuto a otro, lo que sucede es que comúnmente estamos tan ocupados sintiendo, deseando, esperando o generando cosas que nos pasan desapercibidas.

El problema es permanecer así, agrietados, lo cual se refleja en el carácter que queda desbastado al igual que una ciudad después de un terremoto.

¿Por qué será que nos acostumbramos a vivir fragmentados, como consecuencia de rencores, enojos y fundamentalmente frustraciones?

fragmentados

Quizás una de las razones sea que hay que tener mucha valentía para reconocer que esas grietas son producto de las propias equivocaciones: por perseguir deseos sin sentido, idealizar a seres que nunca pidieron ocupar la cima de nuestra vida o por la discapacidad de aceptar lo que debemos vivenciar.

Y a medida que los años pasan más profundas y oscuras se vuelven si no decidimos repararlas eligiendo ver la verdad de lo que nos pasa, sin recriminaciones, con paciencia, comprensión y aceptación.

Grieta es sinónimo de separatividad

Es una abertura que se instala en la mente o en el corazón impidiendo que nos convirtamos en tierra fértil donde sembrar semillas reales de progreso personal – espiritual.

Sea cual sea su origen es importante que trabajemos para dejar atrás lo que fue, lo que no pudo ser o lo que nunca será, eligiendo vivir plenamente el hoy.

Un grieta en el camino…

  • es la clara imposibilidad de volvernos artífices de nuestro destino
  • es una herida que elegimos no cerrar porque no sabríamos cómo vivir sin ella
  • es un lastre que arrastramos para justificar nuestra penurias y mala suerte

Sólo el Poder de nuestra Voluntad, que es la energía del alma, puede otorgarnos la fuerza necesaria para salir airosos de esta cruzada.

Sólo el Amor puede curar las heridas que nos causamos haciendo que la reconstrucción sea el propósito de nuestra existencia.

voluntad

 

 

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